Bien, seguimos con la ruta gastronómica de las pizzas. Esta idea la saqué del recetario de la Thermomix, aunque la masa sigue teniendo los mismos ingredientes que hemos utilizado en las anteriores.
Lo que nos interesa ahora son los ingredientes:
-25gr de queso parmesano rallado.
-15gr de tomate seco.
-Albahaca.
-2 cucharadas de orégano.
-100gr de mozzarella fresca.
-100gr de emmental.
-Un poco de cayena.
-Un poco de pimienta.
-25gr de aceite de oliva virgen extra.
Como ya sabéis, la masa de la pizza la podéis congelar. Normalmente hacemos masa de quilo y salen alrededor de ocho porciones de masa, con lo que tenemos para hacer pizzas para un tiempo. Si la descongeláis os recomiendo que la dejéis en un sitio cálido. Normalmente precaliento el horno durante cinco minutos, lo apago y meto la masa de la pizza dejando la puerta semiabierta para que no se cueza.
Lo único que hay que hacer es mezclar los ingredientes. Pensad que todos los quesos han de estar rallados, así que o los compráis ya rallados o aseguraos que los podréis rallar en casa.
Respecto a los tomates: por un lado decir que la receta también añade tomate cherry pero no lo solemos comprar. Por otro lado, si no tenéis tomates secos es tan fácil como poner al horno tomate fresco en rodajas a una temperatura alta, vigilando que no se quemen. Aquí tenéis una foto de la mezcla.
Una vez hemos mezclado todo bien tan sólo hay que poner los ingredientes. Para enrollarla lo hicimos de la siguiente manera: ponemos los ingredientes dejando los bordes sin nada (más o menos 1cm). Poco a poco enrollamos procurando que quede prieto pero sin estirar la masa ya que se puede romper.
Una vez enrollado lo partimos por la mitad con un cuchillo con un poco de aceite para que no se pegue la masa a él. Si lo cortáis por la mitad os será mucho más fácil de manejar para cortar los trocitos.
Precalentáis el horno a 250º por arriba y por debajo. Untáis aceite en la bandeja y le ponéis papel vegetal o de cocina. Encima del papel ponéis un poco de aceite y lo extendéis.
A partir de ahí cogéis una mitad del roll y vais cortándola con cuidado en trozos de 3cm. Si veis alguna rotura no os preocupéis, podéis taparlo con un poco de masa. Si veis que es complicado dejadlo tal cual para evitar desastres mayores.
A medida que vayáis cortando los vais poniendo de pie en la bandeja, con las partes cortadas hacia arriba.
Ponemos la bandeja en el horno y lo dejamos alrededor de veinte minutos... Y este es el resultado.
Sinceramente, disfruté muchísimo comiendo este tipo de pizza, aunque hay quien no la califica como tal. No os puedo mostrar una foto del relleno al final porque salieron borrosas, pero no queda para nada aceitoso. Eso sí, algunos trozos expulsaron más queso. Si queréis hacer una presentación bonita tendréis que recortar los bordes.
Bon profit!!
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