sábado, 5 de marzo de 2011

Pizza italiana

Me acuerdo de la primera pizza italiana que probé. Fue hace muchos años en Viena. Cada vez que salía de las clases de piano pasaba por delante de una pizzería. El aroma que desprendía era espectacular.

No estaba acostumbrada a ese aroma y pensé que probablemente no me gustarían. Pasaron unos días antes de que me animara a entrar a aquel restaurante.

Cuando me llevé aquel trozo de pizza a la boca, con una masa fresca, recién hecha, la mozzarella... Me di cuenta de que en mi vida había comido una pizza de verdad.

Años más tarde, visitando Italia, he podido retroceder en el tiempo, a aquel día en la calle Beatrixgasse, Viena, donde el aroma envolvía todo el local. Hay que destacar que, desde hace años, en Barcelona también puedes probar una buena pizza.

Para mí hay una serie de cosas que son indispensables para cocinar una pizza bien hecha: la masa, suave y delicada; los ingredientes, frescos; el aceite de aderezo, picante o aromático, y una cosa muy importante, la cocción. La mejor cocción es en un horno de leña. Evidentemente no tenemos horno de leña, pero no creáis que me faltan ideas para diseñar algo que me permita simular un horno. ¡¡Lo que pasa es que mi otra personalidad no me deja!!

En fin, después de esta introducción al plato de hoy, vamos a presentaros los ingredientes. Sinceramente, nunca he conseguido la masa perfecta, así que he revisado varios vídeos sobre masas de pizza y al final me he decidido por este:

-1kg de harina.
-2 cucharadas de azúcar.
-30gr de sal.
-6 cucharadas de aceite de oliva.
-50gr de levadura fresca.
-600ml de agua.


Yo he mezclado los ingredientes del siguiente modo: la levadura la mezclamos en un bol junto con el azúcar y un poco de agua y removemos. En otro bol mezclamos la sal con un poco de agua hasta que se disuelva. El resto del agua la voy a templar para mezclarla.

Ponemos el harina, hacemos un hueco en el centro y añadimos la levadura disuelta, la sal disuelta, el aceite, el agua templada y removemos con la mano poco a poco.

Echamos harina en una repisa, ponemos la masa y amasamos hasta que queda bien elástica y suave.

Como no tenemos un sitio templado lo que voy a hacer es precalentar el horno diez minutos a 150º. Antes de meter la masa en el horno lo apagamos (¡¡¡muy importante!!!) y comprobamos que no esté muy caliente.

En un bol limpio ponemos un poco de harina, hacemos una bola con la masa, la ponemos en el bol, la tapamos con un paño limpio y la dejamos reposar en el horno durante dos horas. Fijaos en cómo ha crecido la masa.



Después de dejarla dos horas mi recomendación es apartar aquella masa que queréis utilizar. Yo hice cuatro partes, pero sinceramente creo que se pueden hacer ocho perfectamente si queréis la masa muy finita. Ya veis cómo cunde hacer la masa por uno mismo.

Cogemos una de las bolas y estiramos la masa con los dedos o ayudándonos con un rodillo. Le ponemos un poco de salsa de tomate, un poquito de orégano y la metemos en el horno a 150º por arriba y por abajo.

Siempre me guío por la salsa de tomate para saber si más o menos está lista para acabar de hacer la pizza. Cuando veáis que la salsa está seca, comprobad que está medio hecha. La sacamos, le ponemos un poco más de salsa de tomate, añadimos el resto de los ingredientes y la ponemos en el horno una media hora a 150º. Este es el resultado:


Esta vez le hemos puesto mozzarella en lonchas, espinacas (frescas), tomate en rodajas y por encima trocitos de mozzarella fresca. El queso es realmente importante.

Buon appetito

3 comentarios:

  1. ¡MMMMMMMM Como tiene que estar esa pizza.

    ResponderEliminar
  2. Puedo decir y digo (esto parece el inicio de un discurso reivindicativo o algo) que yo bajé a por la mozzarella de la segunda pizza. Dos veces :D

    Estaban las dos tremendas, y esta en concreto, la primera, tenía una masa muy suave de sabor y de textura, y la verdad es que era muy ligera y no se hacía pesada de comer. Una delicia.

    ResponderEliminar