Ingredientes...
Para la base...
-12 galletas.
-80gr de mantequilla.
-1 cucharada sopera de azúcar.
Para el pastel...
-1L de nata para montar.
-2 sobres de gelatina
(pensad que por caja vienen dos sobres).
-Azúcar (al gusto).
-Caramelo.
-1L de nata para montar.
-2 sobres de gelatina
(pensad que por caja vienen dos sobres).
-Azúcar (al gusto).
-Caramelo.
Empezamos con la base: Si tenéis una thermomix o algún aparato para picar lo tendréis muy fácil. Si no podéis meter las galletas en una bolsa y pasarle un rodillo hasta que quede pulverizada.
Luego añadimos la mantequilla y el azúcar y mezclamos bien hasta que quede una pasta homogénea.
En un molde ponemos papel film bien estirado y ponemos la pasta de la base. Nos ayudamos con una espátula para extenderla. En caso de que se os pegue a la espátula la extendéis con los dedos bien y luego la alisáis con la espátula.
Calentamos la nata en un cazo y cuando veamos que está caliente echamos el azúcar. Esperamos a que rompa a hervir, retiramos y añadimos la gelatina.
Dejamos caer el líquido en la base. Os podéis ayudar de una cuchara para que no caiga la nata de golpe, dejándola caer encima de la cuchara.
La ponemos en el congelador y esperamos a que se solidifique. Luego cogemos una bandeja del mismo tamaño y la ponemos encima del pastel. Vamos a darle la vuelta. Si veis que está demasiado solidificado lo mejor es ponerlo en la nevera boca abajo y esperar a que se descongele un poco. No os preocupéis que se despegará, lo más importante es que no tiréis del papel film demasiado porque se os puede romper. Cuando veamos que es posible presionamos un poco y el pastel caerá a la bandeja.
Podréis comprobar que la textura permite manejarlo con las manos. Cuidado no se rompa. Cuando le deis la vuelta lo cubrís con un poco de caramelo.
Luego añadimos la mantequilla y el azúcar y mezclamos bien hasta que quede una pasta homogénea.
En un molde ponemos papel film bien estirado y ponemos la pasta de la base. Nos ayudamos con una espátula para extenderla. En caso de que se os pegue a la espátula la extendéis con los dedos bien y luego la alisáis con la espátula.
Calentamos la nata en un cazo y cuando veamos que está caliente echamos el azúcar. Esperamos a que rompa a hervir, retiramos y añadimos la gelatina.
Dejamos caer el líquido en la base. Os podéis ayudar de una cuchara para que no caiga la nata de golpe, dejándola caer encima de la cuchara.
La ponemos en el congelador y esperamos a que se solidifique. Luego cogemos una bandeja del mismo tamaño y la ponemos encima del pastel. Vamos a darle la vuelta. Si veis que está demasiado solidificado lo mejor es ponerlo en la nevera boca abajo y esperar a que se descongele un poco. No os preocupéis que se despegará, lo más importante es que no tiréis del papel film demasiado porque se os puede romper. Cuando veamos que es posible presionamos un poco y el pastel caerá a la bandeja.
Podréis comprobar que la textura permite manejarlo con las manos. Cuidado no se rompa. Cuando le deis la vuelta lo cubrís con un poco de caramelo.
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