Cuando era pequeña tenía una amiga de origen argentino. Me acuerdo que para su cumpleaños su madre hizo tres o cuatro pizzas enoooormes. Por entonces no me gustaba la pizza. Lo que no sabía es que, años más tarde, me llegaría a interesar por este plato.
La masa es la misma que en la pizza italiana, por ello no tenéis que preocuparos. Lo que varía es la forma de cocinarla.
Ponemos aceite en el molde y embadurnamos de aceite la masa ya estirada por los dos lados. Luego, en vez de poner la salsa de tomate, añadimos las lonchas de mozzarella y luego la salsa.
Lo ponemos al horno unos veinte minutos a 180º. Después la sacamos y ponemos los ingredientes que queremos. Nosotros vamos a poner espinacas, pimiento de piquillo y aceitunas. Por último añadimos un poco de mozzarella rallada y otro poquito de mozzarella fresca. Lo metemos en el horno unos diez minutos más y así queda:
Podéis ver qué diferencia. Este tipo de pizza queda más dorada, mientras que la italiana queda más rústica. Aunque hay que decir que ambas saben muy bien, estas han quedado muy esponjosas. Me acuerdo de una pizzería en Palma que las hacía muy semejantes a esta... Aunque creo que no eran artesanales.
Si observáis bien se puede ver la mozzarella bajo la capa de salsa de tomate.
Enjoy your meal!
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