viernes, 11 de marzo de 2011

Alcachofas rebozadas con milhojas de patata

Esta receta va dedicada a la madre de una de las personalidades de Meler (¡Gracias por la idea de la alcachofa!) y por el padre que me compró la mandolina (maravilla de cortadora). Ayer sobraron alcachofas así que hoy las vamos a cocinar de otro modo ¡A ver cuál os gusta más!

Para el plato de hoy necesitaremos (2 personas):


Para el rebozado:


-4 Alcachofas (a gusto del comensal).
-Harina.
-Huevo.
-Perejil.
-Sal.




Para las milhojas:


-1 patata grande o dos pequeñas.
-1/2 cebolla.
-Ajo
-Sal.
-Pimentón.
-Pimienta.




Este plato es muy sabroso y combina el sabor dulce de la alcachofa con la suavidad de la patata y la cebolla. Merece la pena que lo probéis en casa, muy sencillo de hacer, eso sí es para días en los que tengáis un poquito de tiempo. Hace dos años, en el hotel Melià de Girona, tuve la oportunidad de probar unas patatas cortadas en láminas finas, muy sabrosas. Ahora, mandolina en mano, puedo realizar la receta con mucha más comodidad.

Primero de todo vamos a repasar cómo preparar bien las alcachofas. Para limpiarlas bien lo que haremos será ponerlas durante media hora a remojo con un poco de sal y limón (en su defecto un poco de vinagre). Luego vamos a quitarle las hojas externas, que son las más duras y el tallo. Es recomendable ponerse unos guantes, ya que suele dejar las uñas negras.

Cortamos el corazón de la alcachofa en dos mitades. Observad que hay unos pelitos en el centro de la alcachofa. Con un cuchillo "rebanamos" esos pelos.



Luego las ponemos durante 20 minutos al vapor para que queden más suaves. Si vais con el tiempo más ajustado podéis aprovechar y hervir alcachofas para hacerlas dos días diferentes. No es necesario que os hartéis a alcachofas ya que las podéis congelar.

Vamos con la segunda parte del plato. Vamos a aclarar qué tipo de patata es. Hoy empleamos la patata gallega. Por la foto anterior podéis observar que es de color terroso por fuera pero por dentro es muy blanca. Es ideal para hacer patatas fritas porque quedan crujientes y tienen un pequeño sabor a castaña que me encanta. Al contrario que la patata roja que tarda más tiempo en cocerse la patata gallega tarda menos y no es tan harinosa como la amarilla.

Bien, vamos a realizar el plato. Primero cortamos las patatas en rodajas. Si tenéis una mandolina, mejor que mejor, las cortaréis mucho más rápido. Si no tenéis mandolina procurad cortar fino. Es importante que mantengáis el orden de corte, es decir, no mezcléis todas las rodajas porque al montar el milhojas vamos a intentar que nos quede lo más armónico posible (tampoco pasa nada si no nos queda uniforme).


Después cortaremos la cebolla. Nosotros la hemos cortado en rodajas un poquito más finas que la patata, ya que me gusta que la cebolla quede bien cocida.


A parte untamos aceite en una bandeja. Simplemente es para que no se nos peguen, no hace falta poner mucho. Luego ponemos el ajo y vamos a distribuir las patatas por orden, de más grande a más pequeña. Ponemos una capa de patata, rociamos un poquito de aceite, salpimentamos y ponemos una capa de cebolla. Ponemos otra rodaja de patata y repetimos el proceso hasta hacer tres capas, cerrando con patata.



Precalentamos el horno a 150º por arriba y por abajo durante cinco minutos. Mientras cubrimos la bandeja con papel de plata, ya que no queremos que se nos quemen los ingredientes, sino que se cuezan para que tengan una textura suave. Ponemos la bandeja en el horno y la vamos a dejar durante media hora a 150º.



Ha llegado el momento de rebozar las alcachofas ya hervidas. Ponemos aceite en una sartén o freidora y lo ponemos a fuego medio-fuerte (7'5 de 9 en vitro). En un plato ponemos la harina y en otro batimos un huevo y le añadimos un poco de perejil. Para hacer un buen rebozado con una verdura que no es precisamente lisa es difícil. Lo que hemos hecho es poner un poco de sal a las alcachofas, enharinar y pasar por huevo alternativamente dos veces, asegurándonos que la alcachofa queda realmente cubierta. Si pensáis que será un rebozado muy pesado andáis desencaminados, todo lo contrario.

Ponemos las alcachofas a freír. Vigilad que haya suficiente aceite para que queden fritas por todos lados o al menos moverlas bien.

Sacamos la bandeja del horno, retiramos el papel albal y con una cuchara rociamos las patatas con el aceite del fondo. Nosotrs vamos a darle un toque personal añadiendo un poco de pan rallado y pimentón (dulce o picante, el que os guste más). y por último le damos un golpe de calor para que se doren con el horno a 200º.

Ahora sólo queda emplatar. Si queréis que vuestra milhojas sea más alta sólo debéis montar unas patatas sobre otras.


Bom proveito!!

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