Es muy típico ver este plato en diversas series y películas. También las podemos ver en los bares americanos viajando por EEUU. En España no las encontramos tan fácilmente, aunque hay sitios donde te los sirven.
Me acuerdo de haberlos probado una vez. Me gustaron, y mucho, pero lo que más me sorprendió fue la capa crujiente del rebozado. Tenía claro que parte del truco de esta textura podía venir de la utilización del pan rallado japonés, ya que quien lo ha empleado se da cuenta del resultado que deja. Es un pan que hace virutas. De todos modos, a parte del pan, tenía mucha curiosidad por saber qué tipo de rebozado se empleaba.
Buscando por Internet he encontrado un par de vídeo recetas interesantes pero me quedo con esta: Food wishes
Para que os hagáis cargo de lo crujiente que queda el rebozado os diré que parece que estás comiendo patatillas.
Los ingredientes, de izquierda a derecha, para ocho personas son (tomamos como medida un vaso)...
-1/2 medida de harina.
-1/4 de medida de harina de maíz.
-2 cucharadas de fécula de patata.
-Una pizca de cayena.
-1 vaso de gaseosa.
-2-3 vasos de Panko (pan rallado japonés).
-Una pizca de sal.
-Aceite para freír.
-2-3 cebollas amarillas.
Para empezar hay que señalar que hay que ajustar la medida según los comensales que tengáis a fin de no echar a perder comida (hice una cebolla para dos y nos bastó). Segundo de todo cambiamos la gaseosa por una lata de cerveza ya que no teníamos gaseosa, lo que le dio un sabor más marcado. Hay que pensar que se le pone gaseosa para tener un rebozado más esponjoso con lo que nos interesa es el gas de por sí.
Consejo: si hacéis el plato con tiempo es importante que pongáis la cebolla ya cortada en remojo, bien en agua o en leche, ya que siendo cebolla amarilla tiende a repetir mucho.
Primero ponemos en un cuenco la harina, la harina de maíz (no maizena, cuidado. Si observáis el vídeo veréis que es harina de maíz, no maizena), la fécula de patata y la cayena. Lo mezclamos bien y añadimos la gaseosa o la cerveza poco a poco, mezclándolo bien.
Cortamos la cebolla con un grosor de un centímetro y separamos los aros, uno por uno. Ponemos el aceite de la freidora o sartén a calentar a 190º y preparamos a parte una bandeja de rejilla. Debajo de la rejilla ponemos una bandeja normal, como por ejemplo la del propio horno cubierta con papel de cocina, ya que allí escurriremos bien los aros de cebolla recién salidos de la freidora.
Cuando el aceite esté caliente cogemos con un tenedor un aro de cebolla, lo pasamos por la mezcla y luego por el panko (pan rallado japonés). Con cuidado lo echamos a freír. Tardan poco en hacerse, eso sí, le tenéis que dar la vuelta vosotros cuando se dore por un lado.
Antes de echar las cebollas a freír probad con una sola para ver si realmente el rebozado es consistente o tenéis que añadirle un poco más de harina. En mi caso quedaba un poco ligero, así que añadí una cucharada más de harina de maíz y fue perfecto.
El color perfecto es el dorado, que queden bien doradas. Os recomiendo hacer el rebozado justo antes de freír porque si no os puede quedar una pasta que no tendrá nada que ver con el resultado que queremos.
Se pueden servir con diferentes salsas. Para mí lo mejor es una que sea un poco dulce, para contrastar con el sabor.
Enjoy!!!
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