jueves, 28 de julio de 2011

Pollo con mole

Dedicada a mis amigos mexicanos, que me enseñaron mucho sobre la verdadera comida mexicana.

Qué concepto tenemos tan equivocado de la comida mexicana... El día que le pregunté a Ricardo a cerca de los nachos con queso me di cuenta de lo mucho que no sabemos.

Uno de los platos de los que hablamos durante su estancia en Barcelona fue precisamente el mole. Contaba que la salsa se creó de casualidad. Unas monjas preparaban comida para un virrey si no me equivoco y sin querer cayó a la olla un trozo de chocolate. Cuando lo iban a tirar pensando que se había estropeado la salsa, lo probaron y descubrieron que estaba deliciosa.

Y eso hay que tenerlo en cuenta. es deliciosa. Es una salsa de la que no te cansas. Puede que estés empachado pero aún así querrás seguir comiendo más.

La receta de la salsa es compleja, hasta el punto que has de poner la cantidad justa de cada elemento, ya que es una salsa delicada que se puede estropear con facilidad.

Aunque me hace mucha ilusión hacerla hoy he ido por el camino más fácil: comprarla hecha. No es ni mucho menos como el mole poblano pero al menos calma la gula. En ciudades más o menos grandes es fácil encontrarla. Ahora ya se venden en botes de cristal o bien en cartón.

La receta, cuando la salsa está hecha, es muy sencilla. Los ingredientes son...




-250gr de pechuga de pollo.
-100ml de salsa de mole.
-125gr de arroz (yo utilizaré el basmati).





Podemos hacer el pollo entero o troceado. Nos hemos decantado por lo segundo y luego lo hemos salpimentado.

Mientras ponemos cinco medidas de agua en una olla con un poco de sal. Cuando el agua hierva echamos el arroz y removemos hasta que se consuma el agua. Si lo queréis un poco más al dente con quitar una medida de agua bastará. Cuando esté listo lo retiramos del fuego y si hay que quitar un poco de agua lo colamos.

Ponemos una sartén con un poco de aceite y cuando esté caliente añadimos el pollo y lo vamos removiendo. A mitad del proceso le ponemos medio ajo. No abuséis mucho del ajo ya que lo que realmente nos interesa potenciar es la salsa de mole.

Cuando el pollo esté hecho lo retiramos y reservamos. Limpiamos la sartén y la ponemos otra vez al fuego con un poco de aceite. No os paséis con el aceite porque os podéis cargar la salsa. Tan sólo hace falta calentarla. Si le dais demasiado calor se os quemará y tendréis que tirarla y volverla hacer. Mi consejo es que pongáis salsa en su justa medida, porque como he dicho antes, querréis seguir comiendo haya poca o mucha y podéis acabar empachados.

Ahora ya sólo hace falta servir... ¡¡Prometo hacerla un día... O al menos intentarlo!!




¡Buen provecho!

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