Mi padre lleva entre los fogones desde los 12 años. Era una época donde los niños no eran niños y muchos tenían que mantener a sus familias trabajando a una edad muy temprana.
Cuando recuerda aquellos tiempos nunca se olvida mencionar el dolor de piernas y pies que tenía a cada momento y la poca comida que recibían. Pero era una época en la que había muchos y buenos cocineros. Me acuerdo cuando lo iba a visitar de pequeñita... ¡Qué colores! Tartas de colores suaves que gritaban a cada hora que los comiéramos.
Una profesión es como un matrimonio: sabes hasta qué punto aprecias tu trabajo como para arriesgarlo todo a pesar de que a veces éste no es lo suficientemente agradecido (¡lo bueno del trabajo es que no remuga!).
Por ello le he visto evolucionar, aprender y mejorarse cada día hasta lograr hacer verdaderas maravillas.
Anillos de queso con subida de gamba roja
Armonía de arroz, hortalizas y frutas
Lazos de gambas y patatas en un cesto de azúcar
Pero no se queda en esto y hace mucho más. Hace unos años se aficionó al azúcar y empezó a modelarlo. Aquí tenéis uno de los vídeos que grabé, donde realiza un cisne de azúcar.
Como podéis ver su trabajo le encanta y esa es una de las cosas que he aprendido: hagas lo que hagas hacerlo lo mejor posible y aprender de ello.
Como podéis ver su trabajo le encanta y esa es una de las cosas que he aprendido: hagas lo que hagas hacerlo lo mejor posible y aprender de ello.
Felicidades, papá... Gracias por ser como eres (felicidades, mamá... por hacerlo posible)
No hay comentarios:
Publicar un comentario