Como sobraron fresas de la tarta hemos hecho este postre. Hay que advertir que el nido de chocolate, una vez sacado del congelador, se derretía. Supongo que es porque no lo he hecho con chocolate de cobertura. De todos modos ha quedado muy bueno. El chocolate quedó como si fuera una mousse y su sabor, mezclado con la nata y las fresas, era único.
Para hacer el chocolate hemos empleado:
-1/2 vaso de leche.
-4 cucharadas de chocolate.
-2 cucharadas de azúcar.
-2 cucharadas de nata de cocinar.
-1 cucharada pequeña de maizena.
-1 cucharada pequeña de canela.
Para hacer el chocolate ponemos en un cazo la leche a hervir junto con el azúcar y la canela. Cuando esté hirviendo echamos el chocolate, la nata y la maizena. Advertimos que, según el tipo, a veces se necesita un poco más o menos chocolate. Ha de quedar muy espeso.
Preparamos el vaso o el cuenco donde queramos verter el líquido. Le ponemos papel film y nos aseguramos que esté bien distribuido por toda la superficie y lo más liso posible, ya que luego, al despegar el chocolate nos será más fácil.
Cuando la mezcla esté fría lo ponemos en el cuenco y con un pincel vamos distribuyéndolo de forma que quede uniforme. Nosotros lo hemos dejado una noche en el congelador porque era para el día siguiente. De todos modos lo sacamos una hora después y ya estaba preparado.
Al sacarlo, si veis que se pega al cuenco, lo calentáis un poquito con agua y vais dándole pequeños golpecitos para que se despegue. Una vez despegado retirad con cuidado el papel film ya que se os puede romper.
Lavamos las fresas y las preparamos como queramos. Este es el resultado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario