Bueno, bueno... Hoy está lloviendo bastante, así que qué mejor receta que una sopita caliente.
Os he decir de antemano que hay elementos que he cogido de otras recetas pero al final le he añadido una especia que le da mucho sabor.
Lo primero de todo, como no, es tener los ingredientes. Por cierto, os vais a encontrar dos tipos de lenteja roja: la primera es la lenteja que se parece a una bolita. Su color es más intenso; la segunda es una lenteja más aplanada y más rosada. A mí me gusta más la primera. Creo que se cocina mejor, aunque puede que tenga que ver más con su aspecto. Por cierto, sendas bolsas eran de la misma marca y aseguraban ser lenteja roja.
Fijaos en la textura de las lentejas.
Después de asegurarnos que tenemos lenteja roja (evidentemente, sin ella el plato pierde la gracia) nos aseguramos que tenemos el resto de los ingredientes (importante también). Como voy a cocinar para cuatro personas os dejo las cantidades:
-Un paquete de lenteja roja (500gr).
-Media cebolla.
-Medio tomate.
-Una o dos cabezas de ajo.
-Sal (al gusto).
-Paprika, tanto en polvo como en trocitos.
-Comino (una cucharadita).
-Menta.
Lo primero que hacemos es lavar una o dos veces la lenteja. Lo bueno de este tipo de lenteja es que, al no tener piel, no hace falta colarla y no hay que dejarla en remojo. Además, se cuece muy rápidamente.
Una vez lavadas las lentejas ponemos más o menos el doble de agua a hervir. Hay quien hierve el agua y le echa los ingredientes. A mi parecer es mejor poner un caldo de verduras o bien otro tipo de caldos.
Una vez tenemos el caldo, añadimos las lentejas, el tomate, la cebolla, la sal, el ajo y el comino. El tomate no hace falta pelarlo (¡pero sí lavarlo!), ya que una vez hervido, la piel se retira prácticamente sola. Por cierto, a los que no les guste el tomate como a mí: no notaréis el sabor.
Dejadlo hervir entre cinco y diez minutos. Una vez pasado el tiempo, le retiráis la piel al tomate y batimos todo. Si veis que queda muy espeso lo podéis corregir con un poco de agua. Al final le añadimos el paprika en polvo y lo removemos.
Por último emplatamos y le ponemos un poquito de paprika en trocitos y la menta. Le añado menta porque me encanta el contraste que hace. Además, en el bar donde tomábamos esta sopa cuando estuvimos en Estambul le ponían menta y realmente gana en sabor. Evidentemente, podéis freír unos crostones o decorarlo con pistachos.
Es una receta muy sencilla y además muy energética. Cada vez que la hago me recuerda las calles de Estambul, el olor a especias, la gente... ¡¡Una ciudad toda llena de encantos a la que espero volver!!
Bon proveito (galego)
Gracias por tu visita y buen viaje a Alaska. Un destino nada corriente.
ResponderEliminarYa me contaras.
Gracias, pero el viaje lo hice hace tres años... Lo que pasa es que, por un motivo u otro, al final no lo he escrito pero lo tengo todo apuntadito!! Así que te digo cosas cuando lo escriba.
ResponderEliminarUn abrazo,
Melanie
Que guai la recepta! Aquest estiu vaig estar a Turquia i també vaig poder tastar la sopa de llenties, que em va agradar moltíssim. Provaré de fer-la :-)
ResponderEliminarVull tornar... :)
ResponderEliminarDeliciosa, tiene un sabor muy sorprendente. Creo recordar que cuando la probé yo la aderezaste con otra cosa, pero no consigo recordar...
ResponderEliminarGracias! Paprica... Biber por aquellos lares!!
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