Los ingredientes son los mismos que con las filloas tradicionales: un vaso de harina, una yema de huevo (hay quien pone la clara también), un vaso de leche templada, una pizca de sal y azúcar y por supuesto, canela.
Se mezcla todo y ya las podéis cocinar.
Ponéis un poco de aceite o mantequilla en la sartén. Vertéis un poco de la masa en la sartén. Es importante que os deis prisa en distribuirla y en eliminar la masa que sobre a fin de que no queden gruesas. Os recomiendo que tengáis un cazo al lado para poder eliminar la masa sobrante, si no os quedarán gruesas.
¿Cómo conseguir que queden tan finitas? Es muy sencillo: si no sabéis muy bien si la masa ha quedado en su punto, echad un poco de masa en la sartén y comprobad si es fácil de distribuir en la superficie. Si veis que la masa se cuece antes de que la hayáis distribuido, corregís la masa con un poco más de leche.
Cuidado también con el calor de la sartén. Se os pueden quemar si no vais con cuidado.
Bon profit!
¡Hola! me encanta tu pagina y como lo cocinas guapa.
ResponderEliminarGracias!! Cómo se nota que eres mi padre...
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