Me acuerdo haber comido queso frito en un restaurante, no me acuerdo bien si era un Brie o similar. Sólo sé que, cuando lo intenté hacer en casa se deshacía. Así que, para empezar nuestra aventura con los quesos y el rebozado, lo haremos con un queso más manejable, es decir con los quesitos triangulares que en algún momento hemos comido.
La receta es muy sencilla. Para el rebozado necesitaremos simplemente harina, dos huevos (a los que he añadido sal y perejil) y galleta picada.
Ponemos la sartén o la freidora a 190º y vamos rebozando. Como ya sabéis los rebozados, una vez hechos, tienden a estropearse. Como es queso lo que vamos a freír lo que haremos será pasarlo una vez por harina, por huevo y galleta picada y una segunda vez por huevo y galleta picada.
Ahora tan sólo toca freírlos en aceite. Importante que sea bastante aceite para que no se fría a medias. Observaréis que se doran en seguida, así que no os despistéis porque en un minuto o dos estarán listos. Si no, corréis el riesgo de que el queso rompa el rebozado y entonces se os eche a perder.
Una vez fuera de la sartén los dejamos en un plato con una servilleta a fin de que el papel empape el aceite sobrante.
Consejo: es un plato para servir en el momento. La gracia reside en comerlo y que el queso esté fundido. Si lo dejáis mucho tiempo el rebozado se ablandará.
Buen provecho!!
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